domingo, 15 de enero de 2012

Una pequeña historia de amor


[Escuchar mientras se lee la historia]


Hace mucho tiempo, existía una joven muchacha llamada Alice, era una joven de 17 años, dulce, alegre y feliz.  
Un día conoció a un chico, apuesto y encantador, llamado Allan, ambos eran muy bellos, jóvenes y llenos de aventuras. 
El apuesto Allan era un chico adinerado y repleto de lujos, mientras que Alice era solo una pueblerina más en un pueblo a las afueras de palacio. 
Ambos jóvenes se habían enamorado el uno del otro, pero ambos sabían que su amor era más que imposible, ya que él era rico y ella pobre.
Un día en un campo lleno de rosas se entregaron el uno al otro y declararon su amor eterno ante aquellas rosas brillantes a la Luna. Pero pronto fueron descubiertos y ambos encarcelados.
Desde la ventana de su prisión Alice lloraba pidiendo perdón al Sol y pedía volver a verle a la Luna.  Lloraba cada noche de sus restantes días de vida, lloraba y lloraba hasta que un día el ruido de unas llaves pararon su llanto. Allan al otro lado de las verjas esperaba con clemencia un abrazo de su amada, ella corrió hacia él con grata alegría estrechándose así ambos en un abrazo. 
Juntos huyeron de palacio y las afueras del pueblo alejándose hasta llegar al campo de rosas cuyo amor empezó y cuyo amor acabará. 
"Dijimos juntos para siempre, dijimos que nuestro amor durará siempre" Dijo él en su llanto.
"Dijimos esperanza, dijimos amor eterno jurado ante estas plantas" Dijo ella dejándose caer entre las rosas.
"Dijimos que nada podía con nosotros, dijimos que nada nos separaría" Dijo él sacando dos tarros con un líquido negro
"Dijimos que juntos y para siempre estaremos" Dijo ella aferrándose a su amado.
"Dijimos que no tememos a la muerte si allí juntos estaremos"  Dijo él vertiendo el líquido en su boca y aferrándose a su amada.
"Dijimos siempre nos amaremos y que por muy lejos que éste nuestro destino, siempre lo alcanzaremos" Dijo ella vertiendo el otro líquido negro en su boca.
"Alice... Quiero que nunca más digamos nunca, y que nada es para siempre, pero quiero que me digas... Que me quieres como nunca y para siempre" Dice él en su último aliento.
"Allan... Nada es para siempre y nunca diré más nunca... Pero quiero que sepas que te quiero como nunca y para siempre..." Dice ella en su último aliento y yaciendo en los brazos de su amado.
Y así ambos murieron en el lugar donde empezó todo, donde se juraron amor eterno y donde era el único lugar donde ambos podía estar en paz.


Fin

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