domingo, 19 de febrero de 2012

Bambole Dannazione

Sopla el viento, es un viento triste y feroz. El viento pide ayuda, pide que le escuchen. Pero nadie le escucha, nadie le escucha gritar. El cielo está gris, está apagado. Por mucho que le intento acariciar no puedo. Y la piedra fría en la que estoy sentada duerme hasta la primavera. Mi  pelo negro es agitado por el feroz viento triste y mis ojos rojos resaltan en el oscuro cielo. Me llamo Sekai y soy de tres metros bajo la realidad.
Existe un mundo paralelo. Un mundo que casi nadie posee la habilidad de conocer. ¿Su nombre? Jajá, Neoh Vironna. Nunca os habéis llegado a haceros la pregunta de, ¿Existe la magia?; ¿Existen seres diferentes a nosotros? Yo sí. Y lo sé porque yo soy diferente. No soy como los demás niños. El suelo que piso al caminar me es diferente. El bosque donde vivo me es extraño.  Cada animal, cada flor, cada pequeño granito de tierra me es extraño. De rodillas en este suelo del gran bosque pienso: “Está tierra está húmeda, está tierra tiene vida. La tierra de lo que era mi hogar estaba muerta, sin vida, sin agua. ¿Por qué?”. Muchas dudas y preguntas surgen en mi mente. Os preguntaréis, ¿cómo era tu hogar? Respondiendo, mi hogar era triste, el cielo siempre estaba rojo, nunca había esa luz que se llama Sol. La gente que caminaba por las calles no estaban vivas, cuerpos sin alma, con formas de muñecos malditos. ¿Qué les habrá pasado? Eso es lo que me pregunto cada día, cada noche, cada madrugada. Neoh Vironna nunca fue así, algo ocurrió, lo único que recuerdo es, vestidos hermosos, un baile, una copa, un amor… Y a mí y a mi hermana gemela, a esto nos responde la pregunta de: ¿Qué hago aquí? Busco a mi hermana, mi hermana que fue separada de mí al nacer. ¿Dónde estás? Eso es lo que voy a averiguar.
Suave, que tacto tan duro y suave, blancas y negras son las teclas que acaricio con mi mano derecha. El piano que me deja liberar mis penas y pecados.  Son suaves y delicadas, para aguantar y escuchar tanto dolor. Pobres teclas. Abrazos le doy al piano pidiendo perdón y una triste melodía le canto para que no se sienta sola y así sanar el dolor de la canción triste. Tecla a tecla toco una pequeña melodía que revive el bosque de su oscuridad por el brillo rojo de mis teclas. ¿Qué por qué vivo en un bosque? Por lo que veo fui desterrada de Neoh Vironna, que por qué aun no lo sé, pero fui desterrada a este bosque maldito y solitario, que para llegar a él solo hay una norma. “Entrar con vida y procurar no salir muerto.”  
¿Qué que hago ahora? Camino hacia una parte del bosque que me inspira confianza, es el único sitio del bosque donde me gusta estar, cantar, bailar, me gusta estar allí, porque es como si el mundo me rodeara, me entendiera, me hace feliz. ¿Felicidad? Hace tiempo que no sentía ese sentimiento, ¿de verdad siento felicidad? Según cuentos que leo, dicen que son bonitos, todo cuento perfecto, una princesa un príncipe, un beso y felicidad.
Ya podía oír agua, agua caer a gran velocidad, sí es una cascada, una preciosa cascada de la cual oído como ríe al yo cantarle. El agua que salpicaba al chocar con las rocas eran iluminadas por la deslumbrante Luna llena, sí siempre estaba llena. Descubrí esta cascada el día que me desterraron al bosque, estaba confusa solo quería saber donde estaba y caminé, caminé y encontré esta belleza, a la cual me permite llorar en sus aguas, reír en sus rocas y cantarle a la Luna bonita.
Hacía tiempo que no caminaba por el bosque, mucha gente intentaba entrar en éste bosque pero siempre acababan muertos por el frío o por las criaturas mágicas que habitan aquí. Si en este bosque siempre hace frío y nieva, nieva mucho.
¿Qué ha pasado aquí? –Dice alterada y dejando escapar un grito agudo que iba seguido de un largo eco. Grité al  ver a las criaturas mágicas; Los Quiroth1, sin vida en el suelo.- ¿Cómo a ocurrido? ¿Quién ha sido?        -No podía dar crédito a lo que veía, entonces que oí un sonido fuerte caer sobre la tierra, como cuando un hombre se lanza de un árbol al suelo.
-          Veo que al fin y al cabo hay vida “humana” en este bosque tan frío. –Dijo con una voz grave aquella figura que se posó tras de mí.
Me giré con rapidez y pude ver a un hombre corpulento a pocos metros de mí. Sus rojizos ojos impactaron en los míos y sus largos colmillos afilados sellaron mis gritos. Aquella figura extraña tenía el cuerpo cubierto por una larga gabardina negra, lo cual no me permitía verle la ropa y las manos, pero sí pude ver un poco su rostro ya que su media melena negra azabache cubría parte de su rostro.

-          ¿Có-Cómo os llamáis? ¿Y qué hacéis dentro de mi bosque? –Dije con algo de nerviosismo; temía que me atacara o que me matase.
-          Se me conoce como Housen y tú me conocerás como Housen, ¿Qué, qué hago aquí? Simple, me perdí y acabé aquí y estas criaturas intentaron atacarme y yo simplemente me defendí, ¿y por qué hace tanto frío aquí? –Dijo Housen agitando su gabardina para desprenderse de la nieve que caía en sus hombros.
-          Hace frío porque yo lo elegí así. –Le rodeo ya que me era curioso, había conseguido derrotar a los Quitoh, cosa que nunca nadie había conseguido excepto yo.- Puedo indicarte el camino de vuelta a tu casa, si consigues adivinar mi acertijo, sino lo adivinas morirás. –Housen se echa a reír y me mira fijamente.
-          Antes que nada deberías decirme vuestro nombre. –Me miró de arriba hacia abajo y esbozó una sonrisa un tanto tétrica.
-          Mi nombre es Juliet Ciapulet Di Noah, pero se me conoce como Sekai y tú me conocerás como Sekai. –Dije Intentando mostrarme seria.
-          Muy bien “Sekai” dime ese acertijo. –Dijo Housen cruzándose de brazos sonriendo malvadamente.
-          Sígueme.
Del lugar donde le encontré, partimos hacia dentro del bosque donde le iba a conducir al acertijo. Le guié hasta “Mi hogar” que consistía en un piano de cola negro y a metros de él un sillón rojo. Ya así me encontré aquel lugar al ser desterrada, nunca me he preguntado por qué y no me lo pienso preguntar.
-          Hemos llegado. –Digo cerrando fuerte los puños e indicando con el dedo índice el sillón para que Housen tome asiento.- Siéntese por favor, necesitaras concentrarte.
El sillón era lo bastante grande como para que se sentaran diez personas una al lado de la otra, y lo suficientemente ancho como para que acuesten dos personas una al lado de la otra. Era un sillón estilo antiguo y de un tono rojo oscuro, decorado con unos tirantes dorados a los bordes del sillón. Housen se dirigió en silencio al sillón y abrió su gabardina de par en par y se sentó sobre dicho sillón.
Al abrir su capa se pudo ver el resto de su ropa; vestía una camisa blanca de mangas largas, muy elegante para su carácter, al igual que sus pantalones, eran negros y lisos, pero desconjuntaban al calzar unas botas negras de media pierna.
-          Muy bien Sekai, díctame mi sentencia de muerte. –Dijo burlonamente para luego cruzarse de brazos.-
Me arrodillé, me arrodillé ante él teniendo cuidado con mi vestido negro. Le miré y dejé escapar un suspiro y le recité el acertijo.
-          “Soy frágil de tratar, cabezón y grito sin parar. Si me tratas con amor, te canto un tenor. Suave soy y mi canto dulce como el sol, toca que te toca y cosas buenas encontraras. Ayúdame a cantar y de la muerte te librarás.”
-          Hmm… Housen se inclinó hacia adelante y me miró fijamente y se llevó las dos manos enlazadas a la boca y luego hecho una risa y se cruzó de brazos.- Vaya, la niña sabe jugar.
-          ¿Te es difícil? –Dije esbozando una sonrisa tétrica.-
Housen se puso en pie pensativo y dio varias vueltas por el sillón hasta que se detuvo y empezó a buscar algo y se acercó al piano y se sentó en su sillín y se volvió a concentrar lo cual yo aproveché para levantarme y sentarme en el sillón.
-          Ya lo sé. –Se volvió a colocar en pie y se aclaró la garganta.-  El acertijo está lleno de metáforas, “como cabezón, te canto un tenor, muchas cosas buenas encontraras” etc… Son metáforas que describen sin duda a algo relacionado con la música. Después, el principio habla de que “soy frágil de tratar” eso significa que es algo que se puede romper si se trata mal. “Toca que te toca” está claro que es algo con el cual se puede tocar. Y “Ayúdame a cantar y de la muerte te librarás” eso último jaja, significa que o lo acierto o muero. –Se descruzó de brazos.- Ya tengo la respuesta.
Me puse en pie tan rápido como ave feroz y le miré fijamente a los ojos y tragué saliva; no podía creerme que alguien consiguiese razonar tanto el acertijo y más aun el resolverlo.
-          ¿Y bien? ¿Cuál es la respuesta?.
-          La respuesta es… -Housen esbozó una sonrisa tenebrosa y se acercó a mí.-

CONTINUARA

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